Cuarteto Stradivari: quintetos de cuerdas de W. A. Mozart
Cuarteto Stradivari
Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo
Miércoles 18 de julio de 2012, 20:00
Quintetos de cuerdas
Wolfgang Amadeus Mozart (1756 – 1791)
Si bemol Mayor K 174
I. Allegro moderato
II. Adagio
III. Menuetto ma allegretto
IV Allegro
Do mayor K 515
I. Allegro
II. Andante
III. Menuetto: allegretto
IV Allegro
Sol menor K 516
I. Allegro
II. Menuetto: allegretto
III. Adagio ma non troppo
IV Adagio – allegro
Notas al programa
Desde comienzos de 1773 Mozart venía trabajando en la composición de un quinteto que resultó más relajado y refinado que sus cuartetos recientes. Leopold Mozart y sus hijos abandonaron Salzburgo para ir a Viena en el verano de 1773 donde Mozart entró en contacto con la música de Joseph Haydn de manera enriquecedora. Este programa comienza con el primer quinteto que compuso Mozart a los diecisiete años y continúa con el par de quintetos que escribió catorce años más tarde, uno tras otro, en el momento de mayor madurez. El primero lo escribió bajo la influencia del amigo de casa Michael Haydn que recién terminaba sus quintetos con la misma conformación que utilizaría Mozart. Esta agrupación de dos violines, dos violas y sólo un cello es la misma que escogió Boccherini para sus dos quintetos finales en lo que podría marcar una diferenciación entre la música de cámara, con rezagos del continuo barroco, y el paso a una nueva preferencia estilística en el clasicismo valiéndose de las dos violas que permiten mayor concentración en el color de las voces medias. La viola era, aparte del piano, el instrumento preferido de Mozart. Con el quinteto K 174 consiguió Mozart apartarse de la severidad y elevada exigencia de la composición para cuarteto de cuerdas, al amparo de una sonoridad cercana a la música orquestal ligera del tipo que por la época y en Mozart mismo, se usaba para las serenatas y divertimentos. Es interesante seguir los diálogos entre el primer violín y la primera viola que cuentan con el apoyo de la viola adicional para producir ricas sonoridades con buenos resultados aún si este primer quinteto no parece alcanzar todavía la intimidad que se apreciará en los de su madurez.
Para 1787, cuando Mozart compuso sus quintetos K 515 y K 516 sus deudas le pesaban considerablemente y se agravaban por el costo del lujoso apartamento que ocupaba en Viena a lo que se agregó el nacimiento de su tercer hijo. Cuando Leopold enfermó gravemente en abril de ese año, Mozart le escribió una carta en que exponía sus reflexiones masónicas acerca de la muerte que había dejado de parecerle un acontecimiento aterrador cuando comprendió que morir era la meta misma de la existencia y que saberlo le reportaba alivio y consuelo. Para aligerar, pues, las presiones financieras, abordó la composición de quintetos para publicación y venta inmediata, lo que parecía asegurado tras el éxito de sus óperas El rapto en el serrallo y Las bodas de Fígaro. Junto con los mencionados quintetos para cuerdas en Do mayor y Sol menor, Mozart compuso algunos divertimentos destinados a su ejecución como Nachtmusik o serenatas. De hecho, su Eine kleine Nachtmusik aparecerá al año siguiente, lo mismo que la ópera Don Giovanni. Los analistas de estos dos quintetos sostienen que se trata de obras cumbre en la producción mozartiana para cámara. Mozart parece sentirse a gusto trabajando con esta textura de cinco partes y produce buenos balances en los diálogos entre pares de instrumentos o en los de un instrumento con un grupo. En comparación con su primer quinteto hay una mayor riqueza armónica y textural, un carácter más íntimo y una escritura más apropiada para el quinteto de cuerdas. En el primer movimiento del K 515, por ejemplo, se presentan modulaciones audaces entre tonalidades distantes junto con una compleja estructura rítmica. Es interesante notar en ambos quintetos el uso de disonancias inesperadas que ponen particular interés a la escucha.
Muerto Leoplold a fines de mayo de 1787, Mozart renunció a su porción de la herencia en beneficio de su hermana Nannerl, sólo pidiendo que le fueran enviadas las partituras del padre. Se trasladó a un apartamento más asequible en donde posiblemente dio lecciones de música a Beethoven. Tchaicovsky dijo que hasta la composición del quinteto K 516 nadie había sabido cómo interpretar en música tan bien el resignado e inconsolable sentimiento de la tristeza y, el pianista y crítico Charles Rosen señaló que se trata de una de las piezas más trágicas de Mozart, quien se hallaba sujeto a un ambiguo sentimiento de pesar en contraste con las frustraciones de quien fuera niño prodigio viajero con una infancia perdida. Resulta coherente que Mozart escogiera la tonalidad de Sol menor para este quinteto como lo hizo con otras obras en las que expone el sentimiento trágico. Luego de tres movimientos la conclusión es un Allegro que contrasta con el carácter patético de sus antecedentes de un modo que algunos comentaristas consideran inconsecuente.
Las notas realizadas por Ricardo Rozental para los programas de mano se elaboran por solicitud del Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo a quien pertenecen la totalidad de los derechos patrimoniales: www.teatromayor.org