Concierto 9 – Cuarteto Simón Bolívar: cuartetos K 458 y K 465

Segunda edición del Festival Internacional de Música Clásica de Bogotá
Bogotá es Mozart, 1 al 4 de abril de 2015

15 escenarios en 10 localidades de la ciudad
63 conciertos, más de 500 artistas y 44.000 asistentes

Concierto No. 9

Teatro Villa Mayor
Jueves 2 de abril de 2015, 11:00

Cuarteto Simón Bolívar, Venezuela

Cuarteto de cuerdas No. 19 en Do mayor, K 465 (1785)

I. Adagio-Allegro

II. Andante cantabile

III. Menuetto. Allegro

IV. Allegro molto

Cuarteto de Cuerdas No. 17 en Si Bemol Mayor, K 458 (1784)

I. Allegro vivace assai

II. Menuetto y Trío. Moderato

III. Adagio

IV. Allegro assai

Este programa contiene dos de los cuartetos más famosos de Mozart y de la toda música del clasicismo. Fueron compuestos como homenaje de amistad, aprecio y veneración de Mozart a su contemporáneo y famosísimo colega Haydn, el más reconocido de los compositores en el Imperio Austriaco de entonces. De este compositor maduro provenían ya numerosos cuartetos escritos en grupos de seis o de tres, siguiendo una vieja tradición establecida en el barroco. El público y los demás compositores tenían razones de sobra para considerar que Haydn había establecido los moldes para la composición de cuartetos de cuerda, unos formatos dentro de los que cada compositor debía hacer valer su inventiva para ganarse el reconocimiento como compositor de este género. La idea consistía en utilizar dos violines, con el primero teniendo a la vez la voz más cantarina y la más sobresaliente del grupo, mientras que orientaba la ejecución de la obra, un poco como un jefe de grupo en una orquesta. Una viola agregaba color a la conformación y doblaba ciertas partes del chelo, instrumento que le daba peso con su voz grave y marcaba con decisión el ritmo de la obra. Los cuartetos serían, además, en cuatro movimientos, con un allegro en forma sonata, un movimiento lento en tiempo de andante, contrastando entre rápido y lento, así como entre ingenio y energía frente a concentración y centro emocional de la pieza. Uno de los movimientos contendría música inspirada en la danza cortesana y elegante del minueto, con una sección contrastante ambiguamente llamada trío, que seguía el juego de contraste de velocidad, complejidad de la textura y centro tonal, pues este trío solía ser un poco más callado, comparativamente más lento que el minueto y con interacción más sencilla entre los instrumentos, además de presentar una tonalidad diferente a la del minueto. Para terminar, el uso señalaría como apropiado un movimiento alegro en forma sonata más breve que el primero o un tema seguido de sus variaciones o, incluso, un rondó que viene siendo una especie comprimida de variaciones, de carácter circular en cuanto a que lo que propone como punto de partida deberá volver a ejecutarse al concluir para que la breve excursión fuera de su campo resulte guiada con sencillez y elocuencia.

Con esto en mente, cuatro años después de su traslado a Viena, Mozart terminó y tuvo listos para publicación los seis cuartetos que dedicó a su maestro Haydn a cuyo lado se sentó en varias ocasiones a tocar cuartetos, el viejo en el violín y el joven en la viola. El gesto de la dedicatoria resulta complejo. De una parte, revela o esconde mal las complicaciones en la relación con su padre Leopold y ofrece a Mozart como ahijado musical de Haydn a la vez de ofrecerle sus hijos musicales, a pesar de que Leopold hubiera sido la más decidida influencia y formación musical de Mozart. Por otro lado, sugiere un reconocimiento a la labor de Haydn en la acuñación de los modelos que Mozart emulaba, un acto de aceptación y un examen de que Wolfgang había aprendido el arte de componer cuartetos. Pero Mozart se atrevió a correr el riesgo de emprender audacias compositivas que al maestro no se la habían ocurrido. La posibilidad de recibir una reprimenda estaba demasiado cercana. Pero el buen carácter de ambos músicos y su amistad desvió todo sinsabor, aunque ciertos compositores y comentaristas supieron poner la nota amarga en su insatisfacción ante las audacias mozartianas. Luego resultó que el maestro Haydn aprendió de los cuartetos de Mozart y sacudió un poco de su quietismo al género que él mismo había acuñado.

Cuarteto Simón Bolívar (Venezuela)

Integrado por los violinistas Alejandro Carreño y Boris Suárez, el violista Ismel Campos y el chelista Aimón Mata, el Cuarteto Bolívar es una de las principales agrupaciones de música de cámara del Sistema de Orquestas de Venezuela que lidera el maestro José Antonio Abreu. Los integrantes del cuarteto provienen de la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar, donde se han desempeñado como principales de cada uno de sus instrumentos. Este grupo ha recibido clases magistrales con el Cuarteto Latinoamericano, Cuarteto Chilingirian, Cuarteto de la Filarmónica de Berlín y con los maestros Donald Weilerstein, Andras Keller, Ulises Ascanio, David Ascanio, Frank Di Polo, Wolfram Christ, Marilou Speaker Churchill y Pinchas Zukerman, entre otros. Su gira internacional en 2012, que incluyó a Japón e Inglaterra, atrajo a un numeroso público. En febrero de 2013 salió su primer CD con los cuartetos no.1 de Ginastera, no. 8 Shostakovich y Op. 96, Americano, de Dvorak en el sello Deutsche Grammophon. El Cuarteto Simón Bolívar busca estrechar relaciones entre cuartetos de cuerda de Venezuela y Latinoamérica con el ánimo de difundir la música de cámara entre los jóvenes de la región. Sus actuaciones en América, Europa y Asia incluyen conciertos y proyectos educativos. Sus giras por Canadá, Japón, Gran Bretaña, América Latina y Europa han transmitido al público la emoción con la que el Simón Bolívar hace su trabajo. Los comentaristas destacan la carga emotiva con la que ejecutan cada uno de sus conciertos que le permiten encontrar nuevas posibilidades de expresión. Para el público nuevo, el encuentro con la música de cámara en las versiones del Simón Bolívar es estimulante, amistoso y generador de un interés novedoso y duradero.