Concierto 8 – Die Kölner Akademie, Michael Willems y Ronald Brautigam: K 216, K 415/387b y K 550
Segunda edición del Festival Internacional de Música Clásica de Bogotá
Bogotá es Mozart, 1 al 4 de abril de 2015
15 escenarios en 10 localidades de la ciudad
63 conciertos, más de 500 artistas y 44.000 asistentes
Concierto No. 8
Teatro Colón
Jueves 2 de abril de 2015, 11:00
Die Kölner Akademie, Alemania
Director: Michael Willems Alexander, Estados Unidos
Solista: Ronald Brautigam, pianoforte, Holanda
Obertura de El Sueño de Escipión, K 126 (1772)
Concierto para piano No. 13 en Do mayor, K 415/387b (1782-83)
I. Allegro
II. Andante
III. Rondó. Allegro
Sinfonía No. 40 en Sol menor, K 550 (1788, rev hasta 1791)
I. Molto Allegro
II. Andante
III. Menuetto
IV. Allegro assai
Leopold y su hijo andaban de viaje en Italia en 1772. El padre buscaba asegurarle a Mozart un lugar como compositor de ópera y puesto que rondaba los 16 años y ya no era un niño prodigio, parecía oportuno el entrenamiento en la ópera italiana que tanto gustaba en Viena, la capital del Imperio. Así que probaron suerte en Milán, importante ciudad italiana dependiente de Austria. Para lograrlo, solicitaron permiso al príncipe-arzobispo Schrattenbach de Salzburgo, quien lo concedió sin paga. De regreso de uno de tales viajes, los Mozart se esforzaban por llegar en una fecha determinada para acudir y aportar al jubileo del príncipe Salzburgo. Pero su amo y señor murió el día 13 de marzo, día del arribo de los músicos. En su lugar escogerían al arzobispo Colloredo y Mozart, que ya tenía compuesta o bastante adelantada una serenata con moraleja para su antiguo patrón, utilizó Il Sogno di Scipione para la ocasión de celebrar al nuevo señor de la corte salzburguesa. De la obra sólo se presentaron unos fragmentos que incluyeron su obertura y nunca más se ejecutó en vida de Mozart. Sólo a fines del siglo XX vino a tocarse la obra entera y comenzando el XXI se comenzaron a hacer puestas en escena. De algún modo, se trata de una obra “nueva” de Mozart, en comparación con sus otras composiciones para escena, mucho más integradas al repertorio del género. Son todavía escasas las grabaciones, aunque la obra comienza a aparecer con mayor frecuencia en los carteles de las salas de música.
El concierto para piano K 415 se encuentra en un grupo de tres de estas obras que Mozart compuso una vez establecido en Viena y al escucharlo cabe especular si no fue concebido para demostrar las dotes dramáticas de su compositor, las dotes pianísticas de su intérprete y las dotes visionarias de quien comprendió que el fortepiano de sus días tenía un momento brillante en el que podía proyectarse una musicalidad desbordante. Por esto, desde el arranque, el público se encuentra frente a un torrente de música que proviene de una orquesta que, sin importar su tamaño, resulta potente y al borde de ser arrolladora. Pero es la entrada del piano lo más interesante de la capacidad de Mozart para otorgarle peso dramático a la relación entre solista y grupo. En ese momento, silencia la orquesta y queda claro qué tan distintos son los papeles del piano y el grupo y lo que puede esperarse de una interacción entre opuestos que deben complementarse y actuar en concierto. En adelante se escuchan muchos pasajes del piano en solitario y el uso del fugato seguido de pasajes melódicos desarrollados. Incluso el movimiento lento marcado andante tiene un fuego que no abandona del todo el impulso logrado en el movimiento anterior, a pesar de que en verdad se trata de expresar calma y reposo. Por contraposición el movimiento final parece ir apuntando hacia sonidos cada vez más potentes y en cambio acaba por desvanecerse de manera sorpresiva.
En los diez años que Mozart vivió en Viena no se dedicó mucho a componer sinfonías. Son sólo seis las que escribió allí. ¡Pero qué sinfonías!, desde la número 36 hasta la 41. En este grupo se encuentran, por motivos que son demasiado obvios, sus sinfonías más ejecutadas y queridas. La K 550 es su penúltima, pero algo muy especial tuvo esta obra para Mozart, puesto que hasta su último año de vida no dejó de pensar en esta pieza y de hacerle revisiones que sólo su muerte interrumpió. El dulce motivo rítmico con el que comienza marca el paso para todo lo que sigue en el movimiento, incluso para marcar las diferencias evidentes a lo largo de la obra. El segundo movimiento es de una suavidad lírica en tanto que el tercero ha producido en los comentaristas y estudiosos la necesidad de recurrir a adjetivos extramusicales para referirse a la fuerza que despliega en contravía de la elegancia refinada que debería caracterizar al minueto que le sirve de patrón. Y si los tres primeros movimientos sugieren cierta seriedad en el carácter de la obra, el cuarto sale de lo que en su momento se solía esperar de la conclusión de una sinfonía, habitualmente finalizada apuntando hacia lo alegre y movido. Y como base de toda esta obra se encuentra lo que los analistas llaman el “sinfonismo” de Mozart, logrado a través de un notable balance entre cada uno de los grupos de instrumentos, es decir, cuerdas contra metales, maderas contra cuerdas y como además, conjunto, con tal resultado que la textura es homogénea y revela el grado de madurez al que llegó Mozart al construir una obra que se desprendía del legado de sus antecedentes para darle piso a una nueva consideración del medio sinfónico que sus inmediatos sucesores seguirían.
Die Kölner Akademie (Alemania)
La denominación completa de esta agrupación es La Academia Colonense – Orquesta de Ayer y de Hoy y como su extenso nombre lo sugiere, se enfoca en el repertorio musical desde el siglo XVII hasta nuestros días, tanto en instrumentos de época como modernos, al lado de solistas de reputación mundial. El grupo se esfuerza por realizar las intenciones de los compositores siguiendo indicaciones históricas para la ubicación de los intérpretes en escena, apoyado en ediciones musicales críticas y con la instrumentación histórica y estéticamente apropiada para cada obra. Han recibido una crítica muy elogiosa al participar en festivales en Alemania, Austria, Francia, España, Holanda, Bélgica, Estonia e Islandia. Muchas de sus presentaciones han sido transmitidas en directo y grabadas para la televisión. Su primer CD recibió numerosos premios de revistas especializadas y a este le siguió el proyecto Forgotten Treasures que rescata obras desconocidas de compositores echados al olvido como Crusell, Danzi, Pichl, Vanhal, Wilms, Romberg, Neukomm, Fischer, Kunc, Jeanjean, D’Alvimare y Steibelt. En 2009 la orquesta inició la grabación de la totalidad de conciertos para piano de Mozart con el pianista Ronald Brautigam para el sello sueco BIS.
Michael Willens, director (Estados Unidos)
En su familia hay una larga tradición musical ligada al teatro en yiddish (el idioma asociado con los judíos de Europa Central y del Este) pues dos de sus abuelos se desempeñaron en ese medio. Esto lo llevó a ser el cantor en su sinagoga, encargo que cumplió durante largos años. Ingresó a la afamada escuela musical Juilliard en Nueva York, donde obtuvo su grado en música y una maestría. En su formación académica enfocó su aprendizaje en el contrabajo, composición y dirección orquestal. Desde antes de obtener su grado se interesó por tocar obras de reciente composición así como las del siglo XVIII en instrumentos de esa época y con las técnicas de su momento. Enamorado, se trasladó a Alemania, donde luego de un extenso período de total alejamiento de los asuntos judíos, reconectó con este sobresaliente aspecto de su vida. En la ciudad de Colonia fundó la Kölner Akademie, agrupación orquestal que emplea instrumentos clásico-barrocos para ejecutar obras de ese repertorio tanto como instrumentos modernos para abordar el repertorio contemporáneo. Aunque concentra su actividad en la dirección de su Akademie, ha sido invitado a dirigir varias orquestas en muchos lugares del mundo. Willens graba para sellos como los alemanes ARS-Produktion con obras del siglo XVIII y CPO con obras del siglo XIX, BIS de Suecia con conciertos para piano de Mozart, Raumklaung, CPO y Carus de Alemania con obras barrocas, sellos con los que ha completado cerca de treinta CDs. Willens manifiesta que se esfuerza por conseguir para los solistas a quienes acompaña la flexibilidad, fluidez e imaginación que la música demanda.
Ronald Brautigam, piano (Holanda)
Inició estudios de piano en Ámsterdam y los prosiguió en Londres y Estados Unidos donde siguió las orientaciones de Rudolf Serkin. En el 95 firmó con el sello sueco BIS y al año siguiente grabó la totalidad de sonatas de Mozart en pianoforte. Entre los colegas con los que Brautigam interpreta obras de cámara se encuentran la violinista Isabelle van Keulen, la violista Nobuko Imai y la flautista Sharon Bezaly. Con frecuencia aparece como solista, ya sea ejecutando el gran piano moderno o el pianoforte de época, con agrupaciones como la del Concertgebouw, Filarmónica de Londres y de la BBC, Sinfónica de Birmingham, Filarmónica de Hong Kong, del Festival de Budapest, Nacional de Francia y de la Gewandhaus de Leipzig, entre las agrupaciones modernas. Y entre los conjuntos que ejecutan versiones de época se hallan la Kölner Akademie, Orquesta de la Era de la Ilustración, Tafelmusik, Orquesta del Siglo 18, la Barroca de Friburgo, la Hanover Band, el Concerto Copenhague y la Orquesta de los Campos Elíseos, entre otras. Son numerosos los directores con los que ha tocado, entre los cuales se destacan los nombres de Riccardo Chailly, Charles Dutoit, Bernard Haitink, Frans Brüggen, Christopher Hogwood, Marek Janowski, Roger Norrington, Marin Alsop, Ivor Bolton, Andrew Parrott, Ton Koopman, Ivan Fischer, Mark Elder y Robert Wesseln. En 2005 Brautigam presentó en Holanda el estreno mundial del adagio de un desaparecido concierto para piano de Beethoven de 1789. Su catálogo de grabaciones supera los cincuenta títulos e incluye los diecisiete CDs con las obras de Beethoven en pianoforte. En la actualidad enseña en la Escuela Superior de Música de Basilea.
Las notas realizadas por Ricardo Rozental para los programas de mano se elaboran por solicitud del Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo a quien pertenecen la totalidad de los derechos patrimoniales: www.teatromayor.org