Concierto 54 – Kirill Gerstein: obras para piano de Mussorgsky, Stanchinsky y Scriabin
Tercera edición del Festival Internacional de Música Clásica de Bogotá
Bogotá es la Rusia Romántica, 12 al 15 de abril de 2017
17 escenarios en 10 localidades de la ciudad
50 conciertos, 19 compositores y 45.477 asistentes
Concierto No. 54
Auditorio Huitaca
Sábado 15 de abril de 2017, 17:00
Kirill Gerstein, piano, Rusia
Modest Musorgsky (Rusia, 1839 – 1881)
Imágenes de Crimea (1879, 1880):
En la costa sur de Crimea
Cerca de la costa sur de Crimea (Capriccio)
Alexei Stanchinsky (Rusia, 1888 – 1915)
Selección de piezas breves para piano
Modest Mussorgsky
Cuadros en una exposición (1874)
Promenade (Caminata) I
1. El gnomo
Promenade II
2. El viejo castillo
Promenade III
3. Tullerías
4. Ganado
Promenade IV
5. Ballet de los polluelos en sus cascarones
6. Judío rico y judío pobre
Promenade V
7. Mercado en Limoges
8. Catacumbas de París: Sepulcro romano, Con los muertos en lengua muerta
9. Cabaña con patas de pollo
10. La gran Puerta de Kiev
Musorgsky y Stanchinsky ocupan extremos distantes en la historia de la composición en la Rusia zarista. Mientras el primero hizo parte del grupo de compositores asociados alrededor de los escritos de Vladimir Stasov como sus promovidos, protegidos, defendidos o castigados y entre quienes propuso el nacionalismo musical ruso, que era una declaración de intenciones sin mucha verificación posible, Stanchinsky por su parte, no perteneció a grupo alguno. Es más, en su corta vida de apenas veintiséis años, el grupo que sucedió como congregación de compositores al de Musorgsky conocido como el círculo de Belyayev, también había perdido vigencia. En tanto Musorgsky fue un empleado del Estado que sobrevivió en la burocracia con más pena que gloria hasta sus cuarenta y un años, uno antes de su muerte, era una persona con talento musical y sin formación académica. Stanchinsky, en cambio, reveló sus capacidades desde la infancia y para los diecinueve años ingresó al conservatorio de Moscú donde se desempeñó brillantemente.
En la época más interesante de Musorgsky, en Rusia no había conservatorios y cuando se anunció el proyecto de fundarlos, tanto el escritor Stasov, como el compositor Balakirev, también autodidacta, manifestaron su oposición a la idea de esas instituciones que, según ellos, pervertirían la vena nacional rusa. En principio, Musorgsky recibió estímulo de Balakirev y este compartió con él lo que sabía de composición a través de un empirismo volátil. Las lecciones consistían en tocar las obras que le parecían ejemplares, como los arreglos para piano de sinfonías de Beethoven, a las que aplicaba algo de análisis musical del que quería hacer derivar alguna clase de formación. Con el tiempo, la intransigencia de Balakirev cansó a Musorgsky. Pero a este compositor de óperas inacabadas le tocó soportar la pérdida económica que supuso para su familia la liberación de los siervos en Rusia. Adicionalmente, muerte de su amigo, el arquitecto y pintor aficionado Viktor Hartmann, parece haber acentuado su proclividad a la bebida, adquirida durante el servicio militar, acentuada en los círculos artísticos y, vaya a saberse si también, derivada de algún desequilibrio emocional. Como homenaje a Hartmann, compuso los Cuadros en una exposición, obra de fragmentos que mantienen unidad por la reaparición de la Promenade, que lleva de unos a otros.
Cinco años más tarde, Musorgsky fue enviado a Crimea en un encargo burocrático y de este, su último trabajo y final fuente de ingresos, provienen el par de piezas en las que quiso retratar sus impresiones de la península. La primera, lenta y algo pesarosa, la segunda, rápida y movida, lo que acentúa la sensación de acción. En contraste, para sus escasos años de vida, Stanchinsky dejó una enorme cantidad de composiciones, todas para piano, además de varias canciones. Algún tipo de malestar emocional que en su momento le diagnosticaron como demencia precoz, lo alejó del conservatorio, pero el maestro y compositor Taneyev, convencido del talento del alumno, continuó formándolo por correspondencia. Sus obras muestran la vena romántica que apenas comenzaba a secarse en Rusia y una tímida cercanía con las preocupaciones de vanguardia que se asomaban en Scriabin.
Kirill Gerstein, piano (Rusia)
El pianista Kirill Gerstein ganó su primer premio a los once años en el Concurso Internacional Bach de Gorzów, Polonia. Tras llamar la atención del vibrafonista Gary Burton en un festival de jazz en la Unión Soviética, en 1993 tomó un curso de verano en la Berklee School of Music de Boston. A los catorce años regresó becado al programa de piano de jazz en Berklee y se convirtió en el estudiante más joven admitido allí. Retornó a la música clásica cuando ingresó a la Manhattan School of Music donde obtuvo tanto su grado, como su maestría a los 20 años. Continuó sus estudios en la Academia Musical Reina Sofía de Madrid. En 2001 ganó el Décimo Concurso Internacional Arthur Rubinstein y al año siguiente recibió el Premio Gilmore al Joven Artista para músicos menores de veintitrés años. En 2003 obtuvo la ciudadanía estadounidense y entre 2003 y 2004 asistió a la Academia del Lago Como en Suiza. Poco después obtuvo el privilegio de ser seleccionado en el programa Estrella Naciente del Carnegie Hall de Nueva York para la temporada 2005 – 2006. En 2010 recibió el Premio Artístico Gilmore; y este galardón al igual que ocurre con el de los jóvenes, requiere de una nominación y seguimiento de la carrera durante años sin que sus candidatos conozcan que hay una evaluación en curso. Con el dinero recibido encargó piezas a los compositores Timo Andres, Chick Corea, Alexander Goehr, Oliver Knussen y Brad Mehldau. Recientemente ha presentado y grabó la versión alternativa de 1879 del Primer Concierto para piano de Tchaikovsky para el sello Myrios.
Las notas realizadas por Ricardo Rozental para los programas de mano se elaboran por solicitud del Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo a quien pertenecen la totalidad de los derechos patrimoniales: www.teatromayor.org