Concierto 54 – Bibiana Ordóñez y Agata Szymczewska: obras para arpa y violín de compositores varios
Segunda edición del Festival Internacional de Música Clásica de Bogotá
Bogotá es Mozart, 1 al 4 de abril de 2015
15 escenarios en 10 localidades de la ciudad
63 conciertos, más de 500 artistas y 44.000 asistentes
Concierto No. 54
Biblioteca Pública Virgilio Barco
Sábado 4 de abril de 2015, 15:00
Bibiana Ordóñez, arpa, Colombia
Agata Szymczewska, violín, Polonia
Gaetano Donizetti (Italia, 1797-1848) Larghetto y Allegro(1820?)
Jules Massenet (Francia, 1842-1912) Meditación (1894)
Camille Saint-Saëns (Francia, 1835-1921) Romanza Op. 37 (1871)
Claude Debussy (Francia, 1862-1918) Hermoso Atardecer (1891)
Maurice Ravel (Francia, 1875 – 1937) Pieza en Forma de Habanera para flauta y arpa en Sol menor (1907) (Algo lenta y con indolencia)
Heitor Villa-Lobos (Brasil, 1887-1959) Canción del Cisne Negro (1916)
Louis Spohr (Alemania, 1784-1859) Sonata en Do menor WoO 23 (1806)
Gaetano Donizetti es uno de los más famosos y quizá se encuentre entre los más prolíficos compositores de ópera del siglo XIX. Esto no le impidió componer música exclusivamente instrumental. Así lo demuestra esta breve y dulce obra en sólo dos movimientos escrita para arpa con violín o flauta a elección de los intérpretes. El movimiento lento inicial contrasta admirablemente con el que le sigue, más vivaz pero todavía un poco contenido. Otro connotado compositor de óperas fue Jules Massenet. De su ópera Thaïs proviene la Meditación, obra que se expresa con un aire concentrado para favorecer el soporte del arpa que facilita al violín una variedad de registros en los que contrastan los más agudos con los más graves y los gruesos con los sutiles y apagados. El rango de actividades musicales de Saint-Saëns es notablemente amplio. Fue compositor de géneros que incluyen al menos una docena de óperas, música para cine y teatro musical, piezas sinfónicas, conciertos para instrumento solista y obras de cámara, entre otras. La presente romanza se encuentra en el catálogo tanto como pieza de tipo concertante para flauta y orquesta, como en calidad de obra de cámara para violín o flauta con acompañamiento de piano. La parte de este último puede igualmente ejecutarse en arpa con lo que el sonido resultante es aún más dulce y las notas que produce adquieren ese característico toque redondo. Los siguientes dos compositores se reconocen como los más resueltos ejemplos de un tipo de música que se llama impresionista. Debussy compuso una sola ópera, Peleas y Melisanda, obra para sólo tres personajes, con una carga emocional intensa, un drama sicológico tremendo y muy adecuado a la situación social de comienzos del siglo XX. Debussy fue un prodigioso iniciador de la composición moderna en ruptura con muchas tradiciones venidas desde la época de Mozart. Ello nunca fue obstáculo para que compusiera obras en todos los géneros y que abordara toda sensibilidad. Este Bello Atardecer, concebido originalmente como una canción para soprano y piano, pone en música el texto poético que resalta las transformaciones perceptibles en el paso del día a la noche, sobre un poema de Paul Bourget. En la presente versión, el arpa asume la parte del piano y el violín, la de la voz. Maurice Ravel fue autor de una extensa obra para piano, además de piezas de cámara y orquestales. La Habanera de Ravel evoca una sensación de calor tropical y de siesta como la que vendría bien en el verano cubano, cuando el tiempo pasa con lentitud y el ritmo del día decae. En 1916 el compositor brasilero Heitor Villa-Lobos, autor de un catálogo de obras que ronda el millar de creaciones, compuso el poema sinfónico El Naufragio de Kleonicos. Esta obra rara vez se interpreta y más raramente se ha grabado, pero de allí viene uno de los fragmentos más conocidos de toda su obra. Se trata del Canto del Cisne Negro, en versiones del propio compositor para piano con cello o con violín. En este concierto, la parte del piano la ejecuta el arpa, instrumento que en ocasiones ha sido llamado el piano vertical. La obra tiene un sabor y carácter brasilero muy cercano a la música popular de ese país que Villa-Lobos amó, investigó e incorporó a sus composiciones. Louis Spohr era violinista y conocía bien las posibilidades del arpa puesto que escribió la presente sonata para su enamorada, la arpista Dorotea Scheidler. En su primer encuentro, le solicitó que interpretara alguna cosa para él. El sonido que consiguió Dorotea fue tan maravilloso, que Spohr quedó inmediatamente enamorado. El compositor hizo llegar la presente sonata a la madre de Dorotea para que ella autorizara a su autor y a la hija ejecutar la pieza juntos. La obra les brindo la oportunidad de conocerse mejor. Luego se casaron y muchas veces tocaron sus respectivos instrumentos en dúo.
Las notas realizadas por Ricardo Rozental para los programas de mano se elaboran por solicitud del Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo a quien pertenecen la totalidad de los derechos patrimoniales: www.teatromayor.org