Concierto 49 – Ensamble Cuprum: extractos de las obras K 620, K 384, K 439b, K 618 y K 588, entre otras obras
Segunda edición del Festival Internacional de Música Clásica de Bogotá
Bogotá es Mozart, 1 al 4 de abril de 2015
15 escenarios en 10 localidades de la ciudad
63 conciertos, más de 500 artistas y 44.000 asistentes
Concierto No. 49
Biblioteca Pública El Tintal
Sábado 4 de abril de 2015, 11:00
Ensamble Cuprum, Colombia
De la ópera La flauta mágica, K 620 (1791)
Obertura
Aria de la marcha de los sacerdotes
Aria de La Reina de la Noche
De la ópera El rapto en el serrallo , K 384 (1782)
Aria Oh, me encantó
Sonatina vienesa No. 6 en Do Mayor, K 439b (1785?)
I. Allegro
II. Menuetto
III. Adagio
IV. Finale: Allegro
Quinteto para corno en Mi bemol, K 407/386c (1782)
3er movimiento. Allegro: Rondó
Motete Ave verum corpus, K 618 (1791)
De la ópera Así lo hacen todas, K 588 (1790)
Obertura
Rondó para concierto de corno en Mi bemol mayor, K 371 (1781)
Sonata para piano No. 9 en Re mayor, K 311/284c (1777)
2do movimiento. Andante con espressione
Fuga en Do menor para cuarteto de cuerdas, K 546 (1788)
Motete Exsultate jubilate, K 165/158a (1773)
Aleluya
Serenata de cuerdas No. 13 en Sol mayor “Pequeña serenata nocturna”, K 525 (1787)
1er movimiento. Allegro
La vida de Mozart fue extremadamente corta. Se dedicó a la música desde los 4 años y falleció antes de cumplir 36. Es decir que dedicó el 90% de su vida al oficio musical, ya fuera como intérprete, compositor o maestro. En estos pocos años abordó su profesión desde todos los aspectos imaginables en su momento. Quizá le faltó escribir un tratado teórico, aunque en su copiosa correspondencia abundan los ejemplos de crítica musical. Comenzó a componer a los 6 años, si no antes, obras para teclado. En paralelo casi perfecto con su vida los primeros fortepianos italianos dieron lugar a los pianofortes austriacos y alemanes que ganaron en potencia, precisión, dulzura, rapidez y expresividad. Para estos instrumentos escribió Mozart una buena cantidad de obras. Desde muy joven aprendió con su padre, maestro del instrumento, a tocar el violín. De cuando era un adolescente quedó el testimonio del padre quien aseveró que tenía el más bello sonido de Europa en el violín. Aunque no disfrutó de una carrera profesional de cantante, acompañó a su hermana y a los más brillantes solistas vocales de su momento en numerosas oportunidades. En el último decenio de su vida escogió la viola como su instrumento favorito. Debió ser muy buen violista, pues tocó el instrumento al lado del más reconocido compositor europeo de la época, el también austriaco Joseph Haydn. Como era habitual en ese entonces, los músicos y los compositores no eran independientes y actuaban como empleados domésticos de alguna corte. A Mozart le correspondió la de Salzburgo, su ciudad natal. Allí escribió muchas obras de entretenimiento musical para celebraciones como cumpleaños, vistas de personajes importantes y otras ocasiones sociales. También le correspondió componer música religiosa para el servicio católico de su ciudad. Fue un excelente amigo y compañero de instrumentistas de gran talento. Entre ellos, sus alumnas pianistas o el más destacado clarinetista de Europa. También compuso para un cornista a quien el padre de Mozart le facilitó el dinero con el que montó una quesería para que completara sus ingresos. Fue director de orquesta y ejecutó muchos de sus conciertos de piano dirigiendo el conjunto desde ese instrumento. A Mozart se le considera como uno de los compositores más destacados que consolidaron un estilo histórico que se ha llamado clásico. A este le antecedió el barroco y tras unos decenios de búsquedas e inestabilidad, comenzaron a surgir los rasgos que distinguieron al clasicismo. Otros cambios importantes en el ambiente musical los vivió Mozart durante los 10 años finales de su vida, cuando abandonó la corte de Salzburgo y se trasladó a vivir a Viena, la capital del Imperio Austro-Húngaro. Allí se estableció como músico independiente y satisfizo el gusto de la corte imperial por la ópera italiana. A la vez, compuso óperas y otras obras de teatro en música en alemán. Entre las óperas italianas más interpretadas en todos los tiempos, se halla su Don Giovanni y entre las alemanas, su Flauta Mágica. Como compositor de sinfonías, completó el impresionante número de 40 y de ellas, quizá las últimas cinco se encuentran entre las más frecuentemente interpretadas y son unas de las que mayor influencia han ejercido sobre los compositores sinfónicos posteriores. El aporte de Mozart a la música de cámara fue igualmente valioso. Contribuyó con sonatas para violín y piano, tríos para violín chelo y piano, quintetos de cuerdas y unos de los cuartetos de cuerdas más representativos de su período. Con Mozart, quedó muy clara una distinción más moderna entre música para ejecución pública con conciertos para instrumento solista y sinfonías por oposición a la música de cámara. Esta última, para ejecución en recintos pequeños, con carácter íntimo y una fuerte carga dramática, casi teatral. Muchas obras de Mozart fueron originalmente compuestas para instrumentos de viento, como los del presente programa. Otras han sido arregladas para su ejecución por miembros de esta extensa familia instrumental, capaz de abarcar la totalidad del espectro sonoro.
Las notas realizadas por Ricardo Rozental para los programas de mano se elaboran por solicitud del Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo a quien pertenecen la totalidad de los derechos patrimoniales: www.teatromayor.org