Concierto 40 – Alissa Margulis e Igor Tchetuev: obras para violín y piano de Medtner, Tchaikovsky, Glazunov, Balakirev y Rachmaninov

 

 

 

Tercera edición del Festival Internacional de Música Clásica de Bogotá
Bogotá es la Rusia Romántica, 12 al 15 de abril de 2017

 

17 escenarios en 10 localidades de la ciudad
50 conciertos, 19 compositores y 45.477 asistentes

 

Concierto No. 40

Teatro Estudio

Sábado 15 de abril de 2017, 18:00

 

Alissa Margulis, violín, Alemania
Igor Tchetuev, piano, Ucrania

 

Nicolai Medtner (Rusia 1880 – Inglaterra, 1951)

Sonata No. 1 en si menor, Op. 21 (1909 – 1910)

I. Cantarellando

II. Allegro scherzando (Danza)

III. Ditirambo, festivamente.

 

Piotr Ilich Tchaikovsky (Rusia, 1840 – 1893)

Serenata melancólica, Op. 26 (1875)

Vals Scherzo, Op. 34 (1877)

 

Alexander Glazunov (Rusia, 1865 – Francia, 1936)

Gran adagio del ballet Raimonda (1898)

 

Mijaíl Goldstein, (Rusia, 1917 – Alemania, 1989)

Expromt por Balakirev (1959?)

 

Sergei Rachmaninov (Rusia, 1873 – EEUU, 1943)

Pieza de salón Romanza y danza húngara, Op. 6, No. 2 (1893)

Nicolai Rimsky-Korsakov (Rusia, 1844 – 1908)

Vuelo del moscardón de la ópera Zar Saltán (1899 – 1900)

 

Al comienzo del decenio de 1860, el zar Alexander II ordenó el fin del sistema que ataba a los trabajadores, especialmente agrícolas, a sus amos como siervos. Pero la liberación se hizo a costa de los siervos, quienes debían pagar a sus amos un rescate indemnizatorio si solicitaban su libertad. Esto empobreció a los pobres y agravó las condiciones sociales. El imperio ruso se extendió militarmente a regiones de Asia central y llegó a las fronteras de China, Japón, Afganistán y el Cáucaso. Impuso paulatinamente el uso del idioma ruso a poblaciones musulmanas de tradiciones lingüísticas muy diversas y amplió los frentes de confrontación a territorios más allá del imperio otomano. En estas circunstancias, en San Petersburgo surgió un nacionalismo musical romántico que lideraron algunos compositores autodidactas. Ellos dejaron obras que agradaron a su público y constituyen el germen de la composición en Rusia. Entre tanto, los conservatorios establecieron una disciplina formativa que insistió en la importancia de adquirir primero, todas las destrezas técnicas sin las cuales los estudiantes ni siquiera podían hacerse escuchar como artistas.

Los estudios de un pianista, recordaba Rachmaninov, tomaban nueve años. Los primeros cuatro dedicados a la fundamentación técnica. Luego venía un examen en el que se podía pasar a mostrar algo de expresividad sólo si los jurados aprobaban el dominio técnico. Tchaikovsky se graduó en el primer grupo de titulados del conservatorio de San Petersburgo y en breve estuvo enseñando en el de Moscú y dando conciertos en los que ejecutaba o dirigía sus obras.

Rachmaninov desarrolló una carrera de pianista dentro y fuera de Rusia, a la que sumó la de director y de compositor. Medtner se graduó como pianista del conservatorio de Moscú, donde fue alumno de Taneyev y Arensky, a su vez, discípulos de Tchaikovsky allí mismo. Glazunov se graduó del conservatorio de San Petersburgo, donde fue maestro hasta muchos años después de la revolución bolchevique. Su gusto conservador fue coherente con la insistencia en la formación técnica y espíritu de competencia que inculcaba el conservatorio. Goldstein pagó caras sus bromas. Le gustaba escribir a la manera de los compositores rusos del decenio de 1860 a quienes, como en la obra presente, les atribuía obras. Dichas atribuciones causaron tal malestar, que su nombre fue borrado de los archivos musicales ucranianos, fue objeto de terribles publicaciones en las que resaltaba un tono antisemita y, a la larga, terminó en el exilio. Rachmaninov, luego de establecerse en los Estados Unidos, le brindó apoyo a su colega Metner y le ayudó a dar giras en Norteamérica, cuando este comenzó a explorar posibilidades de radicarse fuera de la Unión Soviética. Finalmente, Rimsky-Korsakov, perteneció al grupo inicial de compositores petersburgueses del decenio de 1860. De todos ellos, Rimsky fue el único que reconoció las limitaciones que se derivaban de su formación autodidacta y continuó estudiando, ampliando su conocimiento de autores, obras y fundamentación teórica, incluso cambió ciertas opiniones estrechas sobre compositores europeos. Fue un dedicado maestro del conservatorio de San Petersburgo y sobrevivió a Tchaikovsky, en quien reconoció al autor de obras admirables.

 

Alissa Margulis, violín (Alemania)

La violinista Alissa Margulis proviene de una familia de músicos rusos. Nació en Friburgo en donde desde los cuatro años comenzó lecciones de violín y piano. Su primera presentación pública fue a los siete años con los Solistas de Budapest y a los diez comenzó a ganar premios en concursos. El violinista y pedagogo Zakhar Bron la invitó a que fuera su alumna, y Margulis ingresó luego a la clase de Augustin Dumay en Bruselas. Ella continuó sus estudios con Pavel Vernikov y Julian Rachlin. Alissa Margulis ha recibido numerosos premios, entre los que se destaca el Pro Europa que le entregó Daniel Barenboim y varias becas y estímulos como el del Fondo Alemán para las Artes. Margulis ha tocado como solista al lado de orquestas como la Nacional Belga, English Chamber Orchestra, Sinfónicas de Jerusalén y de Praga, Kremerata Baltica y las de las radios alemanas SWR y WDR. En programas de música de cámara Margulis ha tocado junto a Martha Argerich, Yuri Bashmet, Renaud Capuçcon, David Geringas, Ivry Gitlis, Gidon Kremer, Mischa Maisky, Francesco Piamontesi, Dora Schwarzberg y Lilya Zilberstein. Algunas de sus grabaciones se encuentran en el sello EMI dentro de las colecciones dedicadas a las sesiones del Progetto Martha Argerich, grabado en vivo en Lugano.

 

Igor Tchetuev, piano (Ucrania)

A los catorce años Igor Tchetuev ganó el Concurso Internacional Vladimir Krainev para jóvenes pianistas. Luego, en 1998 a los dieciocho años, consiguió el premio laureado en el Noveno Concurso Internacional Arthur Rubinstein donde fue elegido como Favorito del Público. Tchetuev ha sido invitado de orquestas como las Nacionales de Bilbao, Montpellier y de Polonia, las Filarmónicas Nacional Rusa, de Marsella y de Israel, la Sinfónica de Praga, del Teatro Mariinsky, los Moscow Virtuosi y la New World Symphony de Miami, entre otras. Ha dado recitales con el cantante Feruccio Furlanetto, además de conciertos con colegas como el chelista Xavier Phillips, los violinistas Valery Sokolov, David Grimal, Fanny Clamagirand, Chloë Hanslip y Andrei Bielov, el oboísta Alexei Ogrintchouk y el Cuarteto Szymanowski, entre otros. Igor Tchetuev ha sido solista en orquestas dirigidas por Neeme Järvi, Valery Gergiev, Günther Herbig, Semyon Bychkov, Evgueni Svetlanov, Vladimir Spivakov, Marc Elder, Rafael Frübeck de Burgos, Maxim Vengerov, Alexander Dmitriev, Vladimir Sirenko y Vladimir Vakoulsky, entre otros. Entre sus grabaciones se encuentran los primeros volúmenes de las sonatas completas para piano de Beethoven y obras de Alfred Schnittke para el sello ruso Caro Mitis, así como las de Naxos con Andrei Bielov, las de TRi-M Classics de Japón y Orfeo de Alemania, entre otras.

 

 

Las notas realizadas por Ricardo Rozental para los programas de mano se elaboran por solicitud del Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo a quien pertenecen la totalidad de los derechos patrimoniales: www.teatromayor.org