Concierto 34 – Orquesta de cámara Juan N. Corpas: K 138/125c, K 137/125b, K 136/125a y obras de Pinzón y Britten

 

 

 

Segunda edición del Festival Internacional de Música Clásica de Bogotá
Bogotá es Mozart, 1 al 4 de abril de 2015

 

15 escenarios en 10 localidades de la ciudad
63 conciertos, más de 500 artistas y 44.000 asistentes

 

Concierto No. 34

Teatro Villa Mayor

Viernes 3 de abril de 2015, 15:00

 

Orquesta de Cámara Juan N. Corpas
Orquesta ganadora del concurso

 

Divertimento en Fa mayor, K 138/125c (1772)

I. Allegro

II. Andante

III. Presto

 

Divertimento en Si bemol mayor, K 137/125b (1772)

I. Andante

II. Allegro di molto

III. Allegro assai

 

Jorge H. Pinzón (Colombia, 1968)

Taurus, Sinfonía para Cuerdas (2009)

I. Allegro

II. Adagio

III. Allegro

 

Divertimento en Re mayor, K 136/125a (1772)

I. Allegro

II. Andante

III. Presto

 

Benjamin Britten (Reino Unido, 1913-1976)

Sinfonía Simple (1933)

I. Bourrée agitada/allegro rítmico

II. Pizzicato juguetón/presto possibile pizzicato sempre

III. Zarabanda sentimental/poco lento e pesante

IV. Finale retozón/prestissimo con fuoco

 

A comienzos de 1772 Mozart era un adolescente de 15 años que ya había pasado dos temporadas en Italia relacionándose con la música instrumental al igual que con la ópera que se hacía allí, conociendo a compositores, instrumentistas o cantantes importantes e igualmente, abriéndose su propio campo como compositor. Para Mozart resultaba importante aprender la manera de hacer música de Italia, pues la ópera favorita de la corte en Viena y por consiguiente de casi todas las ciudades que dependían de esa capital imperial, era la italiana. También le resultaba valioso saber componer obras instrumentales siguiendo el estilo italiano, menos dado a los elocuentes juegos de contrapunto que distinguían a la música alemana. El estilo italiano, frente al francés, resultaba en obras con menor dependencia de rellenos elegantes escasamente relacionados con la estructura de las obras. Recordemos que esos eran años de búsquedas en los que las tradiciones heredadas del barroco iban paulatinamente cediendo terreno hacia la consolidación del clasicismo, que se afirmó entre 1770 y 1800, aproximadamente.

Mozart compuso sus tres divertimentos a comienzos de 1772. Es posible que no los escribiera para interpretarlos en Salzburgo, ciudad en la que Mozart era empleado de la corte. Están organizados en una forma característicamente italiana en la que se alternan movimientos rápidos y lentos. También se destaca el uso de la forma sonata en la estructuración de los movimientos, a partir del planteamiento de un tema, seguido de un segundo tema, seguido de un desarrollo breve de esas ideas musicales y rematado por un retorno al primer tema, casi de manera literal, a manera de recapitulación, como para recoger y redondear lo expuesto. Puede ser que Mozart hubiera compuesto estos divertimentos en previsión de su tercer viaje a Italia, emprendido con su padre, en noviembre de 1772.

Cada uno de los divertimentos de 1772 puede ejecutarse a la manera del cuarteto, conocido también como divertimento de Salzburgo, por dos violines, viola y contrabajo, o a la manera del cuarteto clásico, donde el violonchelo toma el lugar del contrabajo. Incluso se pueden ejecutar como sinfonías sin instrumentos de vientos al ampliar las cuerdas a dos grupos de violines, uno de violas y uno de chelos. Si se agregaran vientos, obrarían como sinfonías de estilo italiano. Cualquiera que sea la conformación, la mayor actividad de las obras se encuentra en las partes de los violines, mientras que los restantes instrumentos ocupan sus voces graves con la armonía.

Las dos obras de composición más  reciente comparten aspectos importantes con los divertimentos de Mozart. Todas las obras del presente concierto pueden interpretarse como cuartetos de cuerdas compuestos por dos violines, viola y chelo o, tal como ocurre en este concierto, por una orquesta integrada solamente por instrumentos de cuerdas. La totalidad de las obra está concebida como una sola unidad conformada por varias partes o movimientos que ofrecen entre ellos contrastes en la expresión, velocidad y volumen sonoro. Con esto se obtiene diversidad anímica dentro de un sólido cuerpo unitario.

Taurus, la obra de Jorge Pinzón, se conoce en versiones para cuarteto y orquesta, fechadas ambas en el mismo año. En su estilo se muestra una interesante continuidad con el legado de Mozart y del clasicismo por la selección de instrumentos y la conformación del grupo de cámara. Por otra parte, muchos elementos hacen evidente que se trata de una pieza contemporánea pues la forma en que se presentan los temas y el modo en que entran y salen instrumentos individuales o grupos de cuerdas se expresa en forma bastante actual. Taurus hace parte de la abultada producción de Pinzón en la que se destacan obras que hacen referencia a constelaciones y otros cuerpos celestes. Jorge Pinzón es maestro de composición, teoría musical y orquestación en la Corpas. Nació en Boyacá y tras obtener su diploma musical allí, comenzó una extensa temporada de estudios que lo llevaron a Rusia durante años. Más tarde se desempeñó en la Banda Sinfónica Nacional de Colombia y en orquestas que incluyen a la Filarmónica de Lima. Sus obras se han ejecutado en varios países de América y Europa y ha participado con sus composiciones en numerosos concursos y festivales internacionales. Además de la composición, la actividad musical de Jorge Pinzón incluye su práctica con el piano y el oboe.

Benjamin Britten armó su Sinfonía Simple como una especie de rompecabezas hecho con piezas que provienen de sus propias composiciones de los años 20 del siglo pasado. Para cada movimiento tomó dos de sus temas antiguos. Esto da un total de ocho temas que adecuó para que encajaran correctamente tanto en el aspecto tonal como en el rítmico. Quiso que las melodías de cada tema fueran suficientemente distinguibles para que se notaran los cambios entre una y otra. Toda la obra está dotada de un carácter alegre y juguetón, aún en su movimiento lento. Para el primer movimiento, Britten tomó los elementos de la antigua danza francesa del bourrée, en el segundo, instruyó a los ejecutantes para que pulsaran o pellizcaran las cuerdas de sus instrumentos en vez de usar sus arcos. En el tercero aprovechó la danza de la zarabanda, de origen americano que los conquistadores europeos encontraron a su llegada e hicieron conocer en Europa. La zarabanda europea es lenta, sentimental y se presta a la reflexión.  El cuarto movimiento vuelve a ser veloz y cierra la obra con mucha energía.

 

Las notas realizadas por Ricardo Rozental para los programas de mano se elaboran por solicitud del Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo a quien pertenecen la totalidad de los derechos patrimoniales: www.teatromayor.org