Concierto 30 – Eduardo Rojas: Sonatas para piano Op. 14 No 1, Op. 49 No. 2 y Op. 90

 

 

 

Primera edición del Festival Internacional de Música Clásica de Bogotá
Bogotá es Beethoven, 27 al 30 de marzo de 2013

 

11 escenarios en 8 localidades de la ciudad
56 conciertos, 420 artistas y 37.940 asistentes

 

Concierto No. 30

Teatro Estudio
Viernes 29 de abril de 2013, 17:30

 

Eduardo Rojas, piano, Colombia

 

Sonata para piano n° 9 en mi mayor Opus 14 n° 1 (1799)

I. Allegro

II. Allegretto

III. Rondo – Allegro comodo

El opus 14 está conformado por un par de sonatas dedicadas a la baronesa Josefine von Braun. Ambas piezas se consideran fáciles sin embargo, cuando los pianistas avanzan en su carrera y adquieren experiencia y trayectoria, vuelven a estas obras que habían visto como un punto superado en su carrera y es entonces cuando detallan las dificultades en su ejecución y se encuentran con un gran reto en cuanto a la correcta interpretación de la partitura. .

Esta sonata en mi mayor tiene una textura concordante con el sonido del cuarteto de cuerdas, lo que resulta validado por la versión en fa mayor que el compositor escribió para cuarteto de cuerdas en 1801-1802 y que, como Beethoven no destinó para publicación, se encuentra clasificado sin número de opus, catalogado como Hess 34. El primer movimiento de la presente obra es en forma sonata y parte de un motivo construido a partir de una especie de golpe sobre una sola nota, seguido por tres acordes en el registro grave. Este motivo inicial constituye la base para todo el movimiento en el que abundan las instrucciones sobre dinámica, con muchos contrastes sucesivos de forte a piano. El segundo movimiento tiene un aire contrastante por su carácter grave y sigue sin pausa para conectar con el tercer movimiento, en forma de rondó.

 

Sonata para piano n° 20 en sol mayor Opus 49 n° 2 (1795 – 1797?)

I. Andante ma non troppo

II. Tempo di Menuetto

Beethoven publicó esta sonata en 1805 y la dejó sin dedicatoria. En el orden de publicación, le corresponde el número de opus 49 que la coloca como la número 20, entre la Tempestad y la Waldstein. Pero en orden cronológico de composición, el opus 49 se encuentra justo después del opus 14 y es anterior al opus 31 de La Tempestad. Es una sonata de dimensiones modestas en comparación con los desarrollos dramáticos de sus demás obras estructuradas en forma sonata, que contienen una notable diversidad y complejidad de temas en la exposición y prosiguen con un desarrollo complejo. Esta, por el contrario, goza de un estilo clásico que apunta al tipo de música predecible que hizo de Haydn un favorito del público. La pieza reta a sus ejecutantes porque carece totalmente de indicaciones de dinámica en el primer movimiento, mientras en el segundo, señala apenas en dos ocasiones, dónde debe tocarse calladamente. Es pues responsabilidad del intérprete juzgar cuándo resulta mejor tocar a un volumen fuerte y cómo contrastarlo con unas dinámicas más calladas. Haydn compuso numerosas sonatas en solo dos movimientos, con el segundo en forma de minueto, tal como hizo Beethoven aquí. La falta de marcas de articulación, como cuándo deben tocarse las notas ligadas (legato) y cuándo deben hacerse con separación (staccato), apunta a deducir que es una obra de la que el propio Beethoven sacó provecho de sus capacidades como improvisador mientras todavía podía tocar en público.

 

Sonata para piano n° 27 en mi menor Opus 90 (1814)

I. Mit Lebhaftigkeit und durchaus mit Empfindung und Ausdruck (Con vivacidad y con sentimiento y expresividad permanente)

II. Nicht zu geschwind und sehr singbar vorgetragen (No muy bruscamente y ejecutada como cantando)

La sonata está dedicada al conde Moritz von Lichnowsky, hermano de su patrono y amigo, el príncipe Lichnowsky. Es interesante notar que los movimientos no están identificados con términos del vocabulario musical italiano, sino que unas breves frases en alemán indican la manera en que el ejecutante debe producir la expresividad requerida. No sobra recordar que esta sonata  pertenece al período de composición tardío de Beethoven, cuando su sordera era ya total y había perdido la posibilidad de ejecutar esta pieza, pero conservaba íntegras y más acentuadas las intenciones de lo que deseaba comunicar con su música.

De sus obras de madurez, sólo dos sonatas anteriores, las números 22 y 24, son en dos movimientos. En este período tardío, tienen dos movimientos la presente sonata y la opus 111. Casi seis años separan a esta pieza de su anterior sonata para piano, la conocida con el nombre de Los Adioses.

Según una anécdota atribuible a alguno de sus asistentes más cercanos, quienes con frecuencia hicieron circular historias interesantes pero difíciles de comprobar, Beethoven habría escrito el primer movimiento pensando en la decisión que enfrentaba el conde Moritz de casarse con una mujer bien conocida en los círculos aristocráticos vieneses pero de rango social muy inferior al del conde y, en consecuencia, todo el movimiento consistiría en una batalla entre el cerebro, representado en el motivo inicial, y el corazón, representado en el motivo siguiente. El segundo movimiento ha sido interpretado como una especie de conversación con la amada y está estructurado en forma de rondó.

 

Eduardo Rojas, piano (Colombia)

Nació en Barranquilla y a los 5 años comenzó a estudiar piano con su padre. Se graduó en la Universidad del Cauca donde completó sus estudios de música bajo la guía del uruguayo Manfred Gerhardt. Eduardo fue becario de la Texas Christian University de Fort Worth en dos ocasiones, y fue allí donde culminó sus estudios de piano. Entre sus maestros, se encuentran Harold Martina, Veda Kaplinsky, Joseph Kalichstein y el brasilero José Feghali. Entre 2005 y 2006 fue decano en la escuela de música de la Universidad del Cauca y del Conservatorio “Antonio María Valencia” de Cali.

Como solista, ha tocado en conciertos con las orquestas Sinfónica Nacional de Colombia, la de Panamá y la de EAFIT de Medellín y las Filarmónicas de Bogotá y del Valle. En 2009, Eduardo debutó en los Estados Unidos en el Centro para las Artes de Irving, Texas, como solista con la New Philharmonic en el Concierto para piano y orquesta de Grieg. Ese mismo año, fue invitado por la Sinfónica de Vientos de los Estados Unidos para la gira por veinte ciudades de ese país y Canadá. En esa ocasión, Eduardo interpretó obras de Gershwin y de Blas Emilio Atehortúa. En 2011 actuó como solista con la Great Lakes Chamber Orchestra en Michigan, Estados Unidos, con el Concierto para piano No. 21 de Mozart y participó en una gira con la Filarmónica Juvenil de Colombia interpretando la Rapsodia sobre un Tema de Paganini de Rachmaninov.

Eduardo Rojas es un dedicado promotor de la música latinoamericana y aprovecha las oportunidades para tocar piezas tradicionales colombianas.

 

Las notas realizadas por Ricardo Rozental para los programas de mano se elaboran por solicitud del Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo a quien pertenecen la totalidad de los derechos patrimoniales: www.teatromayor.org