Concierto 27 – Igor Tchetuev: sonatas para piano Op. 22 y Op. 81
Primera edición del Festival Internacional de Música Clásica de Bogotá
Bogotá es Beethoven, 27 al 30 de marzo de 2013
11 escenarios en 8 localidades de la ciudad
56 conciertos, 420 artistas y 37.940 asistentes
Concierto No. 27
Teatro Estudio
Viernes 29 de abril de 2013, 11:30
Igor Tchetuev, piano, Ucrania
Sonata para piano n° 11 en si bemol mayor Opus 22 (1800)
I. Allegro con brio
II. Adagio con molto espressione
III. Menuetto
IV. Rondo: Allegretto
Esta sonata está dedicada al conde von Browne, aristócrata vienés que, al igual que su primera esposa, recibió la dedicatoria de varias otras obras de Beethoven.
Es frecuente encontrar el comentario de que con la presente sonata Beethoven prepara el camino para componer sonatas más complejas y de mayor envergadura. Pero una audición atenta revela que con esta obra, el compositor ya había alcanzado ese objetivo. No se quedó ahí y es claro que produjo obras con características aún más personales, pero esta sonata en el conjunto de sus treinta y dos, marca un punto muy alto en la producción de Beethoven.
Es una obra de gran escala por los aspectos que abarca, en términos de aprovechamiento de las formas musicales y de lenguaje pianístico. Es tan exigente para el intérprete, que hace pensar que Beethoven la compuso para tocarla él mismo. El primer movimiento es un alegro veloz en forma sonata y se inicia con un motivo rítmico que marca la totalidad del movimiento. Tiene algo de militar, tratándose de los años de asedio napoleónico a Viena. Este movimiento contiene unos ornamentos o figuraciones, supremamente difíciles de lograr de forma correcta, que son inusuales antes de esta sonata. Las dinámicas de la sonata van de los extremos del pianísimo al fortísimo o del sforzando al pianísimo, de manera súbita y sin dejar tiempo para prepararlas pero exigiendo gran expresividad. Al inicio del primer movimiento, luego de la exposición, viene una repetición y entonces entra el desarrollo, abundante en imitaciones del tema originario. Es interesante seguir el motivo fundamental de la sonata entre las variaciones en los diversos registros y no perder la relación entre los graves, de aire cada vez más misterioso, contra las notas breves con las que se expresa en el registro alto. Cierra el desarrollo con una larga pausa expresiva sobre una sola nota sostenida, para iniciar la recapitulación y volver al tema principal. El segundo movimiento tiene un sabor a ópera italiana y demanda que sea tocado con expresividad, pero muy calladamente. Este movimiento influyó en la música de Chopin y de Liszt que captaron la exigencia de mantener un pulso constante a lo largo del movimiento y la libertad para el desarrollo de la melodía. El movimiento es también en forma sonata y es frecuente el uso de una armonía llena de disonancias. Contrasta con el tercer movimiento, mucho más ligero, bastante haydeniano y más simple que los dos anteriores, aunque con algunas disonancias y con uso del contrapunto entre registros distantes. El movimiento final es en forma de rondó con un tema que retorna entre breves propuestas intercaladas, yendo de una danza húngara a pasajes como los que podrían oírse al inicio de una toccata barroca.
Sonata para piano n° 26 mi bemol mayor Opus 81a “Los Adioses” (1809 – 1810)
I. Los adioses (Les Adieux – Das Lebewohl): Adagio – Allegro
II. La ausencia (L’Absence – Abwesenheit): Andante espressivo (In gehender Bewegung, doch mit viel Ausdruck – Al paso, pero con mucha expresividad)
III. El regreso (Le Retour – Das Wiedersehen): Vivacissimamente (Im lebhaftesten Zeitmaße – Al compás más vivaz)
La sonata está dedicada al archiduque Rodolfo, amigo y soporte económico, quien fue discípulo de Beethoven por mayor número de años . El archiduque, como el resto de la aristocracia vienesa, se refugió fuera de la ciudad mientras duró el asedio y posterior invasión napoleónica de la ciudad. Beethoven parece haberse despedido del amigo, muy a su pesar, y eso es lo que plasma en el primer movimiento, en un fragmento que inicia con una introducción lenta en la que presenta los motivos que luego usará en todo el movimiento. Sobre tres acordes, cada vez más graves, Beethoven escribió las sílabas Le – be – wohl, los adioses, que transforma en todo el movimiento pasándolos de los graves a los agudos, invirtiéndolos, disminuyéndolos y haciéndolos en modo menor. Tras la introducción, irrumpe el alegro de la forma sonata, luego repite la exposición y construye el desarrollo sobre el tema de los adioses y el motivo del alegro. En la recapitulación, regresa al comienzo y cierra con una coda ligera.
El segundo movimiento semeja un monólogo con el ausente y pasa, sin pausa, al tercer movimiento que expresa el regocijo por el retorno, simpáticamente expresado en arpegios y notas breves. Beethoven publicó la obra con los nombres de los movimientos en alemán y francés.
Igor Tchetuev, piano (Ucrania)
A los 14 años ganó el Gran Premio del Concurso Internacional Vladimir Krainev para jóvenes pianistas de Ucrania y en 1998 consiguió el primer premio del noveno concurso internacional de piano Arthur Rubinstein, en el que también fue escogido como el favorito del público. De 2009 a 2011 fue el intérprete invitado de la Orquesta Nacional de Francia en el Théâtre des Champs Elysées, en donde actuó con el director Neeme Järvi. Se ha presentado junto a importantes orquestas como las filarmónicas de Luxemburgo y Londres, y con la Orquesta Sinfónica Estatal de Moscú.
Anualmente Tchetuev se presenta en festivales de Europa que incluyen el de La Roque d’Anthéron, donde dio un recital con los 24 estudios de Chopin.
Las notas realizadas por Ricardo Rozental para los programas de mano se elaboran por solicitud del Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo a quien pertenecen la totalidad de los derechos patrimoniales: www.teatromayor.org