Concierto 26 – OS Rotterdam, Conrad van Alphen y Tzimon Barto

 

 

 

Primera edición del Festival Internacional de Música Clásica de Bogotá
Bogotá es Beethoven, 27 al 30 de marzo de 2013

 

11 escenarios en 8 localidades de la ciudad
56 conciertos, 420 artistas y 37.940 asistentes

 

Concierto No. 26

Teatro Mayor
Viernes 29 de abril de 2013, 20:30

 

Orquesta Sinfonía de Rotterdam, Holanda

Director: Conrad van Alphen, Suráfrica

Solista: Tzimon Barto, piano, Estados Unidos

 

Obertura, Fidelio Opus 72 (1804 – 1814)

Tras la veintena de obras para la escena musical de Mozart y la treintena de Haydn, el hecho de que Beethoven compusiera una única ópera, sorprende. No obstante, la escribió tras varias versiones y años de trabajo interrumpido, mientras superaba la crisis originada por la confirmación de que su sordera total era cuestión de tiempo. Componer y dirigir ópera oyendo cada vez menos o nada, debió ser una dificultad agregada al giro en el gusto musical del público vienés. Una transformación en el género operístico que pasaba del ámbito de influencia italiano al francés, y de allí a un nuevo tipo de ópera italiana, como las de Rossini.

Esta ópera se basa en la historia del prisionero Florestán, injustamente confinado, a quien su esposa, disfrazada de varón y bajo el nombre de Fidelio, rescata de la prisión. El tema del amor conyugal, el heroísmo y el sacrificio en aras de la libertad, hizo eco en Beethoven de quien dicen que a ratos se identificaba con uno u otro de los personajes.

La obertura tiene el sello característico de Beethoven en el uso de motivos rítmicos fuertísimos contrastados por una dulzura sentimental.

 

 

Sinfonía n° 2 en re mayor Opus 36 (1801 – 1802)

I. Adagio Molto – allegro con brio

II. Larghetto

III. Scherzo – allegro

IV. Allegro Molto

Dedicada al príncipe Lichnowsky, esta es una obra de la que usualmente se dicen cosas poco estimulantes mientras se hace notar que, salvo por la Primera, las sinfonías más sobresalientes del compositor son las de los números impares. Beethoven consiguió con el tiempo una mayor comprensión y dominio de la orquesta sinfónica como instrumento musical explorando un medio ampliamente practicado por Mozart y su contemporáneo Haydn. Le correspondió, entonces, aprender de la tradición antes de poderse expresar con toda propiedad y de manera característica. Si se compara la Segunda con la Primera, se nota de inmediato un gran cambio: esta nueva sinfonía es más extensa, no solo por su duración, sino porque abarca mucho más que la anterior. Además, en lugar del habitual minueto del tercer movimiento, Beethoven escribió un scherzo, lo que implica una forma musical expandida, con la que el compositor propuso y obtuvo más que en un minueto. En fin, Beethoven estaba buscando su lugar como sinfonista y en esta obra incluyó numerosas bromas musicales a partir de incrustaciones de otros referentes musicales como los de la música tradicional y las danzas populares nacionales, recursos con los que posiblemente buscaba facilitarle al público su identificación con la obra. La sinfonía posee una energía constante, manifiesta en la rapidez de todos sus movimientos, incluyendo el segundo que a pesar de ser el más lento, no decae en energía y apenas marca un contraste con los restantes sin abandonar el impulso. El cuarto movimiento es muy vivaz y es de hecho, una de las piezas sinfónicas más sobresalientes en el estilo clásico de la música vienesa de la época, donde elude con destreza la banalidad, a pesar de una ligereza contrastante con los potentes tutti orquestales.

 

 

Concierto para piano y orquesta n° 5 en mi bemol mayor Opus 73 “Emperador” (1809)

I. Allegro

II. Adagio un poco mosso – attacca:

III. Rondo – Allegro ma non troppo

Este concierto, el último que escribió Beethoven, está dedicado al archiduque Rodolfo, de quien puede decirse que fue el más fiel de los amigos de Beethoven. La persistencia del compositor como maestro de piano, fue un ejemplo de dedicación y constancia con el archiduque.

Hasta el anterior concierto para piano de Beethoven, parece que el instrumento que más se ajusta a estas obras es el pianoforte y que en el piano moderno los intérpretes deben esforzarse más para matizar los contrastes justamente entre piano y forte. En cambio, en este concierto el instrumento moderno saca mejor provecho de la obra, con su sonido potente, su capacidad de proyección, de alcanzar un volumen igual o por encima del de la orquesta.

Si los primeros cuatro conciertos siguen modelos de Mozart, en este se ha identificado la influencia del compositor John Field, irlandés, criado en Londres, residente en Moscú, visitante e intérprete en Viena.

Beethoven no autorizó el nombre de Emperador para este concierto, pues quería que se identificara exclusivamente con el archiduque Rodolfo. Es claro que de ningún modo se trata de un homenaje a Napoleón, cuyas aspiraciones imperiales disgustaron a Beethoven. Sin embargo, el equívoco perdura.

El compositor ya había iniciado la escritura del concierto cuando la segunda invasión de Viena por los ejércitos franceses obligó a suspender el trabajo. Beethoven se refugió en un sótano durante los bombardeos, pero el estado de la esclerosis que le causó su sordera, hacía que los cañonazos le produjeran dolores de cabeza. Cuando los franceses se retiraron y regresaron sus patronos, acordaron entre ellos el monto de cada contribución individual para que Beethoven recibiera un ingreso estable.

De allí salió esta música que inicia con un solo acorde de la orquesta seguida de la cadenza del piano ejecutada en tres secciones intercaladas por plenos orquestales. Luego la orquesta expone el tema principal en cien compases y plasma el aire militar, o de marcha que caracteriza a este concierto. Enseguida del desarrollo, viene una reexposición en la que el piano hace las cadenzas con acompañamiento orquestal. Todo el potente movimiento en forma sonata tiene seiscientos compases de extensión. Beethoven dejó todo escrito, sin cadenzas improvisatorias para el solista. El segundo movimiento es una meditación, de textura mucho más simple que el movimiento inicial, en que el piano se funde con la orquesta antes de enunciar el tema del rondó del último movimiento, que se inicia sin pausa. Habitualmente el rondó es una pieza divertida y más ligera que el primer movimiento, en donde solía ponerse todo el peso dramático de la música. Pero este rondó es denso como el primer movimiento y se estructura de forma similar a la sonata. Cuando el movimiento final va llegando a un final muy calmado entre el piano y los timbales, Beethoven todavía reserva una sorpresa para la despedida. La sordera le impidió a Beethoven estrenar el concierto al que le fue mejor en su sesión inaugural en Leipzig, que en Viena cuando al fin se tocó.

 

 

Orquesta Sinfonía de Rotterdam (Holanda)

Esta orquesta de cámara es conocida por sus enérgicas e inspiradoras actuaciones.  Si bien se especializa en el repertorio del comienzo del período clásico, su actividad va más allá y ejecuta música de todos los tiempos. De hecho, en ocasiones han encargado obras nuevas a compositores contemporáneos.

La orquesta mantiene una permanente colaboración con las más importantes salas de conciertos de Holanda como la sala DeDoelen, en Rotterdam y la Concertgebouw, en Ámsterdam. Adicionalmente, la orquesta emprende giras internacionales que la han llevado a Brasil, Rusia y México.

Ha grabado para sellos como Channel Classics, Talent Records y Telarc, por las cuales ha sido alabada en numerosas críticas de revistas de renombre como Gramophone, la revista inglesa de música clásica.

 

 

Conrad Van Alphen, director (Suráfrica)

A los 26 años, luego de graduarse, se trasladó a Holanda donde consiguió una plaza de contrabajista en la Sinfónica de la Radio de Hilversum y en la Beethoven Academie de Amberes, mientras continuó su formación como director con Eri Klas y Roberto Benzi.

De 2005 a 2009 fue el director principal de la Filarmónica Estatal de Kislovodsk en Rusia y obtuvo un reconocimiento del Ministerio de Cultura de ese país por su desempeño en beneficio de las artes en el sur de Rusia.

Ha grabado obras de Grieg, Dvorak y Elgar con Telarc, el Concierto Madrigal de Rodrigo, que mereció selección en Gramophone con Channel Classics, con Raptus algunas reconstrucciones de obras de Beethoven recientemente descubiertas y sinfonías de cámara de Shostakovich con Talent Records. Con Cybele las obras de Karl Amadeus Hartmann y con Brilliant Classics los conciertos para fagot de Dupuy, Villa-Lobos y Vivaldi. Dirigió grabaciones en vivo de la Quinta Sinfonía de Beethoven en el Festival Beethoven de Bonn y de la Sinfonía No. 7 de Shostakovich en Rusia.

Dirige varias orquestas en los Países Bajos, Europa, Suráfrica, China y México.

 

 

Tzimon Barto, piano (Estados Unidos)

Comenzó a tocar piano con su abuela a los 5 años y a los 9 escribió el libreto y la música de una ópera. Estudió en Juilliard entre 1981 y 1985 con la pedagoga de piano Adele Marcus.

Ganó el concurso de piano de Juilliard y el Gina Bachauer en dos ocasiones. Como consecuencia de sus estudios de dirección orquestal y con el apoyo del compositor Gian Carlo Menotti, Barto fue como director y solista al festival de Spoleto en 1985. Un año más tarde, dirigió allí mismo la ópera de Menotti El Santo de la Calle Bleecker.

En 1989 Barto debutó en el Musikverein de Viena bajo la dirección de Christoph Eschenbach y se lanzó su primer CD para EMI con el Concierto no. 3 de Prokofiev, el Concierto en sol mayor de Ravel y la Rhapsody in Blue de Gershwin. Recibió una invitación de Karajan para participar en el festival de Salzburgo en 1987. Desde entonces, se presenta con frecuencia en las principales salas de conciertos de los Estados Unidos y del exterior. En 2001 se lanzó su libro A Lady of Greek Origin que se presentó en versión escénica en 2005 en Alemania y Austria. Para el sello Ondine grabó en 2006 un CD con obras de Rameau.

Barto habla cinco idiomas, lee griego antiguo, hebreo y latín y es un estudioso de literatura, filosofía, ciencias naturales y la Biblia. En su repertorio se encuentran obras de Bach, Rameau, Chaicovsqui, Prokofiev, Gershwin, Falla y Joplin, entre otros.

 

Las notas realizadas por Ricardo Rozental para los programas de mano se elaboran por solicitud del Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo a quien pertenecen la totalidad de los derechos patrimoniales: www.teatromayor.org