Concierto 24 – OFN Hungría, János Kovács e Ingrid Fliter

 

 

 

Primera edición del Festival Internacional de Música Clásica de Bogotá
Bogotá es Beethoven, 27 al 30 de marzo de 2013

 

11 escenarios en 8 localidades de la ciudad
56 conciertos, 420 artistas y 37.940 asistentes

 

Concierto No. 24

Teatro Mayor
Viernes 29 de abril de 2013, 16:30

 

Orquesta Filarmónica Nacional de Hungría

Director: János Kovács, Hungría

Solista: Ingrid Fliter, piano, Argentina

 

Obertura Coroliano Opus 62 (1807)

Unos doscientos años separan esta obertura de Beethoven del Coriolano de Shakespere quien pudo haberse remitido a la figura promovida por el historiador Plutarco, del general romano, traidor o déspota, pero de todos modos, abusivo a quien su propia madre habría entregado a sus verdugos para que cesara en sus excesos. El militar y dramaturgo austríaco Heinrich von Collin estrenó en 1804 un Coriolano para el que Beethoven compuso y dedicó esta obertura que sigue mediante contrastes orquestales los altibajos en la carrera del general romano. Cabe suponer un elemento de patriotismo austriaco en el dramaturgo y el compositor frente a las campañas militares de Napoleón contra Austria.

 

 

Concierto para piano y orquesta n° 4 en sol mayor Opus 58 (1805 – 1806)

I. Allegro moderato

II. Andante con moto

III. Rondo (vivace)

La obra está dedicada al archiduque Rodolfo, amigo, soporte económico y alumno de piano de Beethoven. Se estrenó en el palacio del príncipe Lobkowitz, otro aristócrata que apoyaba a Beethoven y con quien mantuvo una larga amistad que subsistió a pesar de los altibajos económicos causados por la guerra o por los del temperamento del compositor.

El Coriolano y este concierto se estrenaron en la misma velada de carácter privado, con Beethoven al piano, pero pasarían tres decenios antes de que se volviera a ejecutar el concierto en un evento público y, en esta ocasión, por ese importante desenterrador de música que fue Mendelssohn, igualmente promotor de la obra de Bach.

La admiración de Beethoven por la música de Mozart está patente en sus conciertos para piano. Moldeados, especialmente los tres primeros, en los patrones mozartianos, no es, sin embargo, un aspecto de menor importancia el que sean comparativamente mucho más extensos, pues Beethoven halló mayores oportunidades para el desarrollo de las ideas, simultáneamente con más diversidad y complejidad temática y entre elementos rítmicos y melódicos.

Este concierto lo inicia el piano haciendo directamente el primer tema. Luego entra la orquesta que recoge el tema y, enseguida,  presenta un tema nuevo. El concierto defraudó al público de la época con una obra más calmada de lo habitual pero cuando Schumann lo escuchó en el reestreno de Mendelssohn, la valoración de la obra aumentó. Resulta curioso que los aficionados hubieran tardado tantos años en dejarse atraer por el tema galopante del tercer movimiento.

 

Sinfonía n° 5 en do mayor Opus 67

I. Allegro con brio

II. Andante con moto

III. Scherzo. Allegro

IV. Allegro

Esta sinfonía está dedicada a dos de los grandes amigos y patronos de Beethoven, el conde Rasumovsky y el príncipe Lobkowitz y hace parte del reducido pero importante grupo de obras orquestales de madurez del compositor en donde se encuentra lo más sobresaliente y lo último que escribió para el medio orquestal.

Si nos atuviéramos al dicho de Schindler, el asistente de Beethoven que hizo aseveraciones acerca del compositor tan numerosas como difíciles de comprobar, muchas sobre frases supuestamente escuchadas en privado, entonces Beethoven habría revelado que el motivo de cuatro notas con el que se abre la sinfonía, es como se escucha al Destino cuando golpea a nuestra puerta. Dejando al Destino y a Schindler aparte y si lográramos prestar más atención a la música que a las leyendas que la rodean, podríamos maravillarnos con el hecho de que de un material tan escueto como el que escribió al inicio, Beethoven consiguiera estructurar, entretejer y relacionar toda esa extensa obra que presenta un solo movimiento lento entre movimientos alegres y termina, sin pausa entre el tercer y el cuarto movimiento, en una coda de cincuenta y cinco compases de extensión.

 

 

Orquesta Filarmónica Nacional de Hungría

Los orígenes de esta orquesta se remontan a 1923 con la formación de la Orquesta Metropolitana de Budapest.

En 1997 Zoltan Kocsis fue nombrado Director General Musical de la Orquesta, que para entonces, se había consolidado como la Filarmónica Nacional de Hungría. En los últimos años, la agrupación se ha presentado en importantes escenarios como el Avery Fisher Hall en Nueva York, la sala Suntory de Tokyo, en la sala Megaron de Atenas, en la ciudad inglesa de Birmingham y en festivales de las Islas Canarias.

ConcertoNet, portal de música clásica en Internet, nominó el concierto de la Orquesta en febrero de 2003 en Nueva York como el ganador del Premio Lully al mejor concierto de la temporada.

En 2003 la Orquesta lanzó su primer CD con arreglos hechos por Kocsis de piezas de Debussy y Ravel. Esta grabación fue aclamada por los críticos y ganó el premio del Midem de Cannes.

A comienzos de 2010 la Orquesta participó en el estreno de la ópera Moisés y Arón de Schoenberg en Hungría.

 

 

János Kovács, director (Hungría)

Estudió dirección orquestal en la Academia Liszt de Budapest. Tras obtener su diploma en 1973, pasó a trabajar en la Ópera Estatal Húngara como repetidor y la ha dirigido por varios períodos desde 1976. Durante 1979, 1980 y 1981 fue asistente musical de Pierre Boulez en Bayreuth para los ciclos de ópera de Wagner. Entre 1987 y 1990 fue el director principal de la Ópera Estatal Húngara, y desde 2001 ha sido director principal invitado de la Sociedad Filarmónica de Budapest y director musical de la Ópera Estatal Húngara en 2003, 2006 y 2007, año desde el cual se desempeña como director principal. Trabaja, además, con las principales instituciones sinfónicas húngaras en repertorios clásicos, románticos y contemporáneos. Fuera de Hungría ha sido director invitado de numerosas orquesta europeas en Italia, España, Portugal, Suiza, Alemania e Inglaterra. También ha actuado como invitado o principal con la Filarmónica Eslovena y la de Tokyo. Ha dirigido ópera en Karlsruhe, Alemania, en Bratislava, Eslovaquia y se presentó en 2012 en México con La Bohéme de Puccini.

Ha grabado en numerosas ocasiones para los sellos Hungaroton, Naxos, RCA Red Seal y para Delta. Ha colaborado con destacados artistas húngaros como Ildikó Komlósi, Éva Marton, Andrea Rost, László Polgár, Zoltán Kocsis, Dezső Ránki y János Starker, así como con los reconocidos Agnes Baltsa, Thomas Hampson, Ramón Vargas, Leonidas Kavakos y Sergei Nakariakov. Una breve mención de las distinciones recibidas incluye algunos reconocimientos que le otorgaron en 1980, pasando por el Premio Liszt en 1985 y otros varios como el Premio Bartók-Pásztory en 2007.

 

Ingrid Fliter, piano (Argentina)

Estudió con Elizabeth Westerkamp en Buenos Aires. Dio su primer recital a los 11 años y debutó a los 16 en el Teatro Colón de Buenos Aires.

Siguiendo el consejo de la también argentina Martha Argerich, continuó sus estudios y carrera en Europa adonde se trasladó en 1992. Estudió, entonces, con Vitalj Margulis y Boris Petrushansky. Ha participado en clases magistrales con Leon Fleisher, Alexander Lonquich, Louis Lortie y Zoltán Kocsis.

Obtuvo importantes premios internacionales en eventos como los de la ciudad italiana de Cantú en Lombardía, el Feruccio Busoni y la medalla de plata en el Concurso Chopin en 2000. En 2006 fue la primera mujer en conseguir el premio Gilmore, que se concede cada cuatro años a pianistas nominados sin su conocimiento, a quienes se les hace un detallado seguimiento antes de tomar la determinación.

Ha colaborado con orquestas de Norteamérica y Europa y ha grabado DVDs y CDs entre los que se encuentran varios con EMI como los que registran los valses completos de Chopin, las sonatas Patética, Appassionata y Tempestad de Beethoven que incluye un extra con el Adiós Nonino de Piazzolla. Su regreso en 2011 al Colón de Buenos Aires, seguido de su recital en la ciudad de Rosario, deleitaron al público argentino.

 

Las notas realizadas por Ricardo Rozental para los programas de mano se elaboran por solicitud del Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo a quien pertenecen la totalidad de los derechos patrimoniales: www.teatromayor.org