Concierto 11 – Camerata Salzburg, Louis Langrée y Till Fellner: K 384, K 488 y K 338

 

 

 

Segunda edición del Festival Internacional de Música Clásica de Bogotá
Bogotá es Mozart, 1 al 4 de abril de 2015

 

15 escenarios en 10 localidades de la ciudad
63 conciertos, más de 500 artistas y 44.000 asistentes

 

Concierto No. 11

Teatro Mayor
Jueves 2 de abril de 2015, 13:30

 

Camerata Salzburg, Austria

Director: Louis Langrée, Francia

Solista: Till Fellner, piano, Austria

 

 

Obertura de la ópera El rapto en el serrallo, K 384 (1781-82)

 

Concierto para Piano No. 23 in La mayor, K 488 (1784-86)

I. Allegro

II. Adagio

III. Allegro assai

 

Sinfonía No. 34 en Do mayor, K 338 (1780)

I. Allegro vivace

II. Andante di molto (più tosto Allegretto)

III. Finale: Allegro vivace

 

Cuando el emperador Joseph II sucedió a su difunta madre, la emperatriz María Theresa, los retos políticos, sociales y económicos eran inmensos pues flotaban en el ambiente aires de cambio. El nuevo emperador era seguidor de las ideas de la Ilustración, especialmente en la vertiente alemana conocida como Aufklärung y por breve tiempo patrocinó una empresa orientada hacia el teatro en música en idioma alemán. La obra más destacada en su existencia fue la comedia musical de Mozart de El Rapto en el Serrallo. La obertura contiene tres secciones. Comienza rápida, alegre, enérgica y percusiva como corresponde al tema de la corte del Pasha Selim, con recursos que derivaron de las bandas militares turcas, sigue con un pasaje lento y retorna a la energía inicial. Para la ejecución en concierto suele incorporarse el final escrito por Johann Anton André, pues en la ópera la obertura continúa directamente hacia el inicio de la obra.

El concierto para piano No. 23 posiblemente lo estrenó el compositor dirigiendo la orquesta de cámara colocada alrededor del piano que él mismo habría ejecutado. El primer movimiento en forma sonata comienza con la orquesta presentando el primero de los dos temas, antes de que el piano se haga presente para volverlo a plantear, pero, esta vez, con elaboraciones en torno a la ornamentación que la orquesta no tenía asignadas. Y antes de que termine esta intervención del piano, el instrumento se encarga de presentar el segundo de los dos temas del movimiento, todo él, bastante alegre y mozartianamente bien ritmado en diálogos ágiles entre el conjunto y el solista. Al pasar al segundo movimiento, todo el peso dramático de la obra se hace evidente en unos los más famosos fragmentos de toda la obra de Mozart, que ha sido en tantas ocasiones como música de fondo, que es imposible no reconocerlo. Se trata además de uno de los más escasos ejemplos de movimientos en tonalidad menor de todo el catálogo de Mozart, lo que algunos han querido entender como reflejo de los momentos de tensión y contradicciones por los que pasaba el compositor. El breve último movimiento estructurado como un rondó, con sus presentaciones escuetas de motivos musicales que vuelven al final del movimiento, trae de regreso esa alegría característica del Mozart que no se dejó apabullar en el año del trabajoso estreno de sus Bodas de Fígaro. El autor hizo una destacada presentación del pianoforte que le gustaba promocionar y jugó con éste y los clarinetes, su otro instrumento promocionado, en unas relaciones muy agradables de seguir. La obra fue escrita para una orquesta compacta con una sección de arcos básica, una flauta, dos clarinetes, dos fagotes y dos cornos, lo que le permite al conjunto entenderse con facilidad y moverse con agilidad.

1780 no es un año estéril en la producción de Mozart pero si lo fue de una cosecha muy menguada. Estaba harto de Salzburgo y de sus obligaciones en la corte que se preocupaba, como lo requerían los tiempos, de recortar gastos y de mantener un establecimiento musical proporcionado con su presupuesto. Mozart se sentía ahogado allí pues quería componer óperas, aspiraba a abrirse un lugar en Viena y tenía una energía desbordante que en Salzburgo sólo encontraba barreras. Al final del verano recibió una invitación para acudir a Munich a componer una ópera y ante la perspectiva del viaje escribió su sinfonía K 338 que rebasa las limitaciones salzburguesas. Esta sinfonía quedó escrita para arcos junto con pares de oboes, fagotes, cornos, trompetas y timbales. El sonido es mucho más ambicioso que el de las obras que venía escribiendo para Salzburgo y proyecta una elocuencia musical que ha hecho las delicias de los comentaristas quienes, a falta de documentación reveladora, han imaginado al compositor queriendo llevar la obra consigo a Munich para hacerla escuchar allí, en ese ambiente musical más arriesgado, junto con la posibilidad de que sus amigos de Mannheim apreciaran su capacidad de integrar elementos del estilo propio de esa ciudad. El primer movimiento se ajusta inexactamente a la forma sonata y sugiere un híbrido entre la intención sinfónica y la del concierto con toques de la obertura italiana, pues no hay repetición de la exposición de temas de apertura, porque el desarrollo que sigue contiene material nuevo distinto al de la exposición y porque la coda del movimiento vuelve a traer todo el material del primer tema. El segundo movimiento tiene una orquestación muy escueta con fagot agregado a las cuerdas, un uso muy condensado de la forma sonata con exposición y recapitulación textual, pero sin desarrollo. El tercer movimiento es de una belleza y alegría que está en la cima de las composiciones de Mozart. El juego de sonidos entre la dulzura de los violines frente a la marcación del ritmo del resto de grupo, divide la orquesta en un maravilloso efecto estereofónico que deja una rica textura musical. Hay quienes sostienen que se trata del más emotivo movimiento final de cualquiera de sus sinfonías, capaz de dejar una sensación duradera de alegría.

 

Camerata Salzburg (Austria)

El nombre original de esta agrupación era Camerata Académica del Mozarteum de Salzburgo y desde el inicio se centró en el repertorio para orquesta de cámara bien sea bajo la orientación de un director, de los solistas o de las cabezas del grupo. También se concentraron en ejecuciones con formaciones de cámara de dimensiones reducidas. Fundamentales en su repertorio son las obras del salzburgués Mozart, las de Haydn, Beethoven y Schubert. La primera Semana Mozart data de 1956 y luego de su fundador Bernhard Paumgartner, Antonio Janigro asumió la dirección artística. En 1974 inició la primera temporada de abono de la agrupación. El violinista Sándor Végh, miembro de la Camerata entonces, fue el sucesor en la orientación de la agrupación en 1978 a la par de sus responsabilidades pedagógicas en el Mozarteum. A el se debe la incorporación de músicos jóvenes al grupo. Con Végh se extendió el repertorio a composiciones del romanticismo y del siglo XX. Desde 1987 la Camerata programa en la Konzerthaus de Viena su festival Begegnung (Encuentro). Roger Norrington tomó el lugar del fallecido Végh y asumió la posición de Director Jefe de 1998-2006. Su conocimiento de la ejecución informada en prácticas históricas de época fue un aporte importante para el enriquecimiento del sonido de la Camerata. El Festival de Salzburgo les concedió a la Camerata y a Norrington su propia serie de conciertos. Quien fue el director asistente de Norrington, el violinista Leonidas Kavakos, asumió la dirección entre 2007 y 2011, año en que Louis Langrée fue nombrado Director Principal. Una lista parcial de solistas destacados que han tocado con la Camerata, incluye los nombres de violinistas como Anne-Sophie Mutter, Hilary Hahn, Patricia Kopatschinskaia, Julian Rachlin, Daniel Hope, Benjamin Schmid, Joshua Bell, Thomas Zehetmair, Augustin Dumay, Veronika Hagen; pianistas como Mitsuko Uchida, Elisabeth Leonskaia, Claire-Marie Le Guay, Yu Kosuge, Oleg Maisenberg, Murray Perahia, Olli Mustonen, Alexander Lonquich, Till Fellner, Fazil Say, Stefan Vladar; los chelistas Heinrich Schiff y Patrick Demenga y el oboísta François Leleux, así como las voces de Genia Kühmeier, Vesselina Kasarova, Christiane Oelze y Elina Garança.

 

Louis Langrée, director (Francia)

Louis Langrée comparte sus actividades como director entre tres instituciones musicales contrastantes. De una parte dirige el Mostly Mozart Festival (Festival Casi Todo Mozart) de Nueva York, además asume programas de conciertos sinfónicos en Cincinnatti y, por otra parte dirige la Camerata Salzburg, una orquesta de dimensiones reducidas con la que el director y sus integrantes pueden experimentar y arriesgar. Entre su actividad más reciente se encuentran las óperas Eugenio Oneguin con la Wiener Staatsoper y Carmen con la Metropolitan de Nueva York, Peleas y Melisanda en la Opéra Comique de Paris y Don Giovanni con la Sinfónica de Viena. También conciertos con la Filarmónica de Berlín, una gira por Suramérica, lo mismo que con la Orquesta de París, la Gewnadhaus de Leipzig, la Sinfónica de la NHK de Tokio, los Festivales de Budapest y Enescu y la Filarmónica Holandesa. Como director se desempeña de manera diferenciada entre las agrupaciones que emplean instrumentos modernos y las que ejecutan instrumentos de época como la Freiburger Barockorchester, Orchestra of the Age of Enlightenment  y Le Concert d’Astrée. Ha participado en numerosos festivales de talla mundial y retorna a algunos de ellos, como el Wiener Festwochen, Salzburg Mozartwoche, BBC Proms, Glyndebourne Festival Opera y el Festival d’Aix-en-Provence. Ha ocupado los cargos de Director Musical de la Orquesta de Picardía de 1993-98 y de la Orquesta Filarmónica Real de Lieja de 2001-06. En su aproximación a la música de Mozart a cargo de la Camerata Salzburg se lo ha visto proponer versiones que depuran la composición de muchos gestos expresivos que agregan una nota de emoción puntual. En cambio, destaca el conjunto de la obra con una simplicidad de interpretación que resalta la emotividad y complejidad de la pieza.

 

Till Fellner, piano (Austria)

Estudió en el Conservatorio de la Ciudad de Viena y más adelante siguió lecciones privadas con los pianistas Alfred Brendel, Meira Farkas, Oleg Maisenberg y Claus-Christian Schuster. Se hizo con el premio del Concurso Internacional de Piano Clara Haskil de 1993 y con el Premio Vienés de Interpretación de Mozart de 1998. Entre 2008 y 2010 ejecutó las treinta y dos sonatas de Beethoven en Viena, París, Londres, Nueva York y Tokio, al igual que los conciertos para piano números 4 y 5 de Beethoven con la Sinfónica de Montreal, obras que igualmente fueron grabadas en CD bajo la dirección de Kent Nagano. Tras el sabático que tomó en 2012 se concentró en las obras de Bach, Haydn, Mozart y Schumann y como divulgador de la música contemporánea, estrenó una pieza de Harrison Birtwistle al lado del tenor británico Mark Padmore. Fellner se ha presentado con orquestas como la Nacional de Porto, la Sinfónica de la Radio Berlinesa, los Vienna Virtuosi, la Nacional de Lyon y Nacional de Francia, la Philharmonia y la Filarmónica de Munich, entre otras. Además, ha compartido escenario con directores como Kurt Masur, Charles Mackerras, Herbert Blomstedt, Lothar Zagrosek y Neville Marriner, por mencionar unos pocos. Ha emprendido extensas giras para hacer conciertos de cámara con el Cuarteto Belcea al igual de participar en importantes festivales de verano en Europa. También colabora con los chelistas Heinrich Schiff y Adrian Brendel y la violinista Lisa Batiashvili. Desde 2013 enseña en la Escuela de Altos Estudios Musicales de Zurich. Ha grabado una decena de CDs para los sellos ECM, Erato, Claves y EMI, con obras de Bach, Mozart, Beethoven, Schubert y Schoenberg.

 

Las notas realizadas por Ricardo Rozental para los programas de mano se elaboran por solicitud del Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo a quien pertenecen la totalidad de los derechos patrimoniales: www.teatromayor.org