Academy Of Ancient Music, Laurence Cummings y Mary Bevan: Las heroínas de Handel en Suramérica

 

Academy Of Ancient Music, Reino Unido

Director: Laurence Cummings, Reino Unido
Solista: Mary Bevan, soprano, Reino Unido

 

Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo

Jueves 7 de febrero de 2019, 20:00

 

 

George Frideric Handel (Alemania, 1685 – Reino Unido, 1759)

Las heroínas de Handel en Suramérica

 

Salomón:
Llegada de la reina de Saba

Ariodante:
Neghittosi, or voi che fate? (Neghitossi, ¿tu qué haces?)

Concierto para oboe No. 3 en sol menor, HWV 287
I.Grave
II. Allegro
III. Sarabande
IV. Allegro

Teseo:
Dolce riposo ed inoccente pace… (Dulce reposo e inocente tranquilidad)

Apolo y Dafne:
Felicissima quest’alma (Felicísima el alma)

Suites de Ariodante y de Alcina

Il trionfo del tempo e del disiganno (El triunfo del tiempo y del desengaño):
Lascia la spina cogli la rosa (Deja la espina toma la rosa)

Concerto Grosso No. 2 en si bemol mayor, Op. 3, HWV 313
I. Vivace
II. Largo
III. Allegro
IV. Menuet
V. Gavotte

 

Concerto grosso No. 9 en fa mayor, Op. 6, HWV 327
I. Largo
II. Allegro
III. Larghetto
IV. Allegro
V. Menuet
VI. Gigue

Semele:
O Ecstasy of Happiness (Oh éxtasis de felicidad)
Myself I shall adore (Me adoraré a mí misma)

Julio César en Egipto:
Piangero la sorte mía (Lloraré mi destino)

Rodrigo:
Obertura; Passacaille

Otón, rey de Alemania:
Obertura: Gavotte

Il trionfo del tempo e del disenganno:
Obertura

Salomón: Bless’d The Day (Bendito sea el día)

 

Notas al programa

Numerosos términos de la práctica musical son empleados por la amplitud de su significado y no por su original aplicación derogatoria. Entre ellos se pueden mencionar los de musica ficta, barocco o pasticcio. El primero era un subterfugio que permitía hacer en la práctica lo que estaba prohibido poner en el papel, barocco era una deformidad que tomó forma musical y pasticcio, o su equivalente francés pastiche, tampoco era una etiqueta que se le adhiriera honrosamente a un programa de ópera. Sus practicantes sabían de qué se trataba, pero no le ofrecían un pasticcio al público. Lo que si le brindaban eran un espectáculo integrado por trozos y fragmentos provenientes de otras obras, de otros libretistas en contextos distintos, puestos de acuerdo por la iniciativa de un empresario de ópera que encargaba a un compositor la tarea de darle sentido y unidad musical a esa reunión de piezas dispares. Un pasticcio, en el siglo XVII y XVIII cuando faltaban leyes internacionales para la protección de los derechos de autor, facilitaba la circulación de la música, especialmente fuera de los teatros de las cortes, propiciaba al público el acercamiento a los teatros donde pagaba la entrada y reunía fragmentos exitosos dispersos dentro de un contexto que rescataba del olvido logros desperdigados en el entorno de una producción nueva y accesible. Literalmente, el término italiano pasticcio se refería a un desorden de cosas pero su práctica en la ópera italiana está lejos de serlo. Esa reunión debía brindar una cierta coherencia, dentro de los parámetros de su momento, para que funcionara. Handel participó de esta práctica y la aprendió en Italia adonde fue a conocer en el terreno las singularidades del concierto italiano, la ópera y el oratorio. Luego volvió al norte de Europa y poco después antecedió a su rey sajón quien llegaría a la cabeza de la casa real de Hanover para instalar su dinastía en el Reino Unido. El compositor fue el músico del rey y del pueblo y enfrentó las disputas de poder con los compositores, músicos, cantantes y teatros de la aristocracia, asociados al señorío de la sangre y la tierra. A sus éxitos en la ópera italiana y en inglés, le siguieron sus oratorios en inglés de los que Messiah e Israel in Egypt son muestras resonantes. Casi al mismo tiempo o poco después, Gluck, Haydn y Mozart recurrieron al pasticcio mientras que el rey George III continuó venerando a Handel, después de muerto, en una sociedad de conciertos que revivía sus obras. El compositor participó por un tiempo de las actividades de la Academy of Ancient Music que se mantuvo activa en Inglaterra entre 1710 y 1790 aproximadamente. El nombre de esa institución perduró en la memoria musical por su propio derecho y porque el célebre comentarista e historiador de la música Charles Burney, detalló su quehacer. Cuando el clavichembalista y director Christopher Hogwood fundó su AAM a comienzos del decenio de 1970, más que revivir la institución, fundó una nueva escuela de hacer música embebida en información histórica de la época de las obras. En 1993 Hogwood produjo un pasticcio handeliano que llamó The Sorceress y se produjo como espectáculo de teatro con música y canto con la soprano Kiri Te Kanawa. El concierto de hoy toma algo del carácter antológico del pasticcio o la play list de éxitos handelianos en una selección donde se combinan varias de las heroínas que se personificaron en obras del sajón, hábilmente espaciadas con piezas instrumentales del mismo autor.

 

Las notas realizadas por Ricardo Rozental para los programas de mano se elaboran por solicitud del Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo a quien pertenecen la totalidad de los derechos patrimoniales: www.teatromayor.org